jueves, noviembre 24, 2005

dios existe...sentado en un trono - profesor j

Dios existe ... sentado en un trono
x Profesor J -Dios no puede llegar directamente a nadie y nadie puede establecer relación ninguna con Dios. Conocemos la existencia de Dios solamente porque alguien nos informa de ello, por lo que su llegada se realiza por medio de otras personas, es decir, representantes. Y lo meten a cañón desde edad temprana para que no salga de ‘nuestros corazones’, y a eso le llaman ‘fé’. Esos representantes por su vez son seleccionados cuidadosamente desde pequeños e introducidos en los ritos y contenidos de su futura tarea de divulgar un Dios que no conocen más que por las palabras de su preceptor, que por su vez siguió el mismo camino. Los ponen en seminarios y les enseñan las artes y el conocimiento profano además de mil autores y argumentos con los cuales se encargarán de reducir a los insumisos. Tienen sus policías internas, o sea, servicios de seguridad, para evitar que el diablo les infiltre sus filas, inspeccionan la familia y las amistades de cada uno, los separan de su entorno igual que los militares llevan a los soldados a disparar a otros lados y no cerca de donde vive la familia. No tienen amigos. Muchos de esos santos dejan grávidas a las feligresas o deben ser expulsados por meterle mano a menores, ya que pierden la práctica de una afectividad libre y plena y buscan saciar los apetitos a como dé lugar, en especial con las ovejas sometidas a su autoridad. Ultimamente hasta obispos han sido descubiertos en la faramalla, pero basta el Papa pedir perdón para que todo siga igual. Su afectividad se modela según el mismo método Hare Krishna, con algunas diferencias sin importanciaLo que sucede es que los Hare Krishna han sido un tanto prosaicos y todo el mundo les capta los secretillos que las iglesias guardan bajo siete llaves. Por ejemplo, el rosario: Los Hare Krishna deben interrumpir sus actividades en ciertos horarios varias veces al día y retirarse lo más aislados posible para concentrarse en el rosario, mirar hacia dentro de sí y repetir las palabras y sonoridades místicas tipo ‘Om’, etc. La sonoridad ‘Om’ tiene la virtud de hacer vibrar el cuerpo, pues con la ‘m’ se cierra la boca y la continuidad del movimiento del aire se dirige hacia adentro produciendo también una acción psicológica de reforzamiento de la instrospección, lo que acompañado del cierre de ojos, produce buen resultado. Distinto es abrir la boca y expulsar el aire, con lo que se trabaja la exteriorización, como repetir "Alá’. Cuando están con el rosario siguiendo las cuentas con los dedos en forma rítmica, repitiendo sus sonidos y volcando la atención hacia adentro, realizan una autosugestión constante que permite substituir la presencia del pastor o guru, por eso deben repetir las frases y oraciones en voz alta. Los sábados los Hare Krishna se reunen con los que han podido agarrar por las calles vendiendo libritos de alimentación sana y esas cosas, y los hacen cantar y bailar reptiendo una y mil veces las mismas bobadas, que por lógica se clavan como siniestros cuchillos en la psiquis de la víctima, por eso prefieren personas inseguras o con problemas diversos. Luego ellos mismos se hacen el harakiri cada día con el rosario. La manipulación es descarada, pero los poderes lo permiten con el pretexto de la libertad religiosa, ya que contribuyen notablemente al acondicionamiento general de las ovejas en el ganado social. Los evangélicos más abusivos, usan la hipnosis colectiva de manera tan burda y tan abierta que son los favoritos del sistema en muchos lugares. Por ejemplo en Brasil, el vice de Lula es pastor evangélico y conoce muy bien los efectos de la hipnosis. Los seleccionados por su fanatismo o sagacidad son enviados a entrenar a las plazas dando saltos y haciendo piruetas, con lo que llaman la atención e introducen efectos compulsivos en las personas que se dejan llevar por el ‘mensaje’ pues en la desesperación y vacío en que se encuentran, llenos de problemas y con políticos de derecha, de centro y de izquierda prometiendo las maravillas más fabulosas posibles, no es de extrañar que estos imbéciles disfrazados de pastores consigan atraer gente ofreciendo el cielo y la paz de ese Dios que nadie ha visto, total ya estamos acostumbrados a vivir de ilusiones y dale a buscar nuevas víctimas. Esas modalidades compulsivas de los pastores que saltan en las plazas son las mismas que usan los troskistas y otras grupos de izquierda para agitar a la juventud, colocan cara enardecida, se ponen rojos, mueven violentamente el puño dándole golpes imaginarios al capital, en fin, si se trata de las mismas ovejas, es sólo competir con un discurso mejor. Los templos religiosos están estructurados para provocar la sugestión, el condicionamiento y el nivel superior que es la hipnosis, a la que se llega por medio de gritos y saltos del hipnotizador que va arrastrando tras de si la máxima atención y consigue entrar a controlar elementos de la psiquis de los corderos de Dios, los manda a tomarse de las manos por detrás, bajar la cabeza, cerrar los ojos, en fin, forzar las posturas del cuerpo de forma tal que cuando los llama de vuelta a abrir los ojos y recuperar la postura correcta, algunos de ellos han quedado agarrotados y no consiguen recuperar el pleno control de sus movimientos, como que el comando cerebral destinado a soltar las manos agarradas por detrás no obedeciese, pues no han despertado correctamente de la hipnosis, se han entregado tanto los pobres, y así las tentativas de recuperar el control y los esfuerzos por retomar la postura erecta, los hacen parecer como que están sufriendo espasmos, que son reales, pues se trata de un intenso esfuerzo por recuperar la soltura del cuerpo agarrotado. Allí el hipnotizador apunta con el dedo y asusta a la gente diciendo que los demonios se le han metido en el cuerpo al pobre que no ha conseguido salir de la hipnosis, que a veces son varios y el templo se llena de gente espasmódica y algunos gritan, en fin, el show es sensacional y cualquier incauto de esos que llenan los templos se queda convencido que Belcebú ha venido a posesionarse de aquel infeliz mortal. Después de un tiempo prudente para que a nadie le quepan dudas, aún periodistas que a veces se cuelan por entre medio de los cordones de seguridad para ver como funciona el asunto, aunque les confiscan las cámaras, obviamente, son descarados, pero no tontos. Ahí el representante de Dios hace traer a los poseídos por el diablo a su presencia y poniendo su mano en la frente grita y salta ‘expulsando’ los demonios, pero en realidad es la palmadita en la frente la que despierta al dormido, que no entiende nada de lo que ha pasado y todos le dicen que estaba con el demonio adentro y el diputado, digo, el representante, se lo ha sacado invocando los poderes de Dios. Dios existe, claro que si, yo no soy ateo, reconozco que está ahí, pues es una creación cultural de los hombres, que se lo pasan uno al otro y hacen creer que se trata de un espíritu eterno y esas paparruchadas. Se trata de una figura necesaria para la dominación que necesita destruir la vida espiritual y afectiva de las comunidades para que dirijamos la vista hacia arriba y construyamos nuestra psiquis y conciencia en función de aceptar que somos los de abajo, para que desvaloricemos la afectividad del que tenemos al lado y sólo la manifestemos con la intermediación triangular del ser supremo. Así los muy patudos nos dicen que primero hay que amar a Dios y así podremos amar a los otros. Transforman el amor en una direccionalidad unipersonal basado en la dependencia, y por eso también los machos agarran a patadas a la mujer para que someta al Dios que es el y los pastores de todos los pelajes nos hablan que el hombre es la autoridad en la familia, que debe ser jerárquica para modelar a los que van a salir del ‘nido’ abriendo sus alas rotas entrando a las otras jaulas del sistema, la propiedad, la escuela, la fábrica, el partido, el estado, la iglesia, en fin, hay para todos los gustos y ‘vocaciones’. Las comunidades cristianas originarias por el contrario valorizaban primero al que está al borde del camino, sin importar si cree o no cree en Dios, por eso pensamos que los religiosos podrán superar esas limitaciones reuniéndose en verdaderas comunidades con otros que no piensan igual y aprendiendo a amar en la diversidad. Sólo el amor vivido en comunidad y la valoración de que el mundo espiritual es vivo y presente y no otro lugar donde andan por ahí volando las almas y menos aún detrás de un señor sentado en un trono, podrá formar parte activa de la reconstrucción del ser social que hoy se modela poco a poco en la resistencia de los pueblos contra el capital. La lucha por derribar los gobiernos no está separada de la lucha por derribar a los dioses de sus tronos. Profesor J

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